domingo, 14 de agosto de 2016
No soy él.
Con el pelo alborotado por el viento y una sonrisa preciosa en el rostro, corres hacía mí y me abrazas, como hacen las ramitas de los árboles desnudos. Me dices que me has echado de menos y me propones tomar un café. Luego, me pides que te cuente cómo me ha ido la vida en este tiempo, te cuento algunas anécdotas divertidas y destrozas mi corazón cada vez que te ríes... Porque en realidad no estás hablando conmigo sino con él. Porque él es quien te hará feliz, y no yo. Porque nunca conseguiré ocupar su lugar. Porque, por mucho que lo intente, siempre seré una insignificante parte del público. Porque ni siquiera soy capaz de decirte lo que siento...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario