domingo, 22 de mayo de 2016
Vamos a bailar.
Llevo toda la tarde asomada a la ventana... Se pone el sol realzando los ocres y naranjas del otoño, alargando las figuras, dejando un halo de luz en el cielo, haciendo salir a la noche. Se descubre la luna y en ella está tu rostro pálido y puedo ver tu cuerpo fusionándose con la oscuridad mientras bailas. De repente te acercas a mí y me dices que vaya contigo, que aún es pronto, que la noche es joven, que te lleve a bailar fuera. Yo no sé pero dices que no importa. Me insistes y finalmente cedo a tus plegarias. Con un susurro: vamos a bailar, dejo caer mi cuerpo al otro lado de la ventana. Ahora bailamos. Resulta que sí sé, pero nunca lo había intentado.
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