sábado, 4 de junio de 2016

Sólo ven.

Hace ya tanto que no te siento a mi lado que no estoy segura de que lo hayas estado alguna vez. Quizá sólo fuiste un producto de mi imaginación, puesto que no tengo fotos para recordar; aunque tengo tu rostro en mi memoria, tu voz en mi cabeza y tus promesas grabadas en mi corazón. Pero no te siento, no puedo sentirte, no recuerdo tu olor ni tu sabor, no recuerdo por qué sonreía al verte. Y lo peor de todo es que no tengo forma de preguntártelo. ¿Sabes qué es lo que más duele? Que aún sigo creyendo que me querías.
Cada centímetro de mi piel que tú tocaste me recuerda a ti, a tu tacto, y al susurro de tu corazón latiendo bajo tu pecho cálido que me tranquilizaba y ahora sólo consigue que me ponga a llorar al oírlo de nuevo en mi cabeza.
Me he dado cuenta de que aunque tú no estés conmigo yo sigo contigo y no creo que nunca pueda separarme de ti, a pesar de que ahora somos un mísero, corto y doloroso recuerdo en mi interior. Muy doloroso. De verdad, no sabes cómo duele. Me quema por dentro, me está quemando ahora mismo y ojalá pudiese apagar este fuego que tanto daño me hace pero sólo tú que puede hacerlo, sólo tú puedes salvarme de esto. Sólo tú puedes sacarme de esta tristeza eterna, sólo tú puedes cambiar las cosas. Ven, por favor. Te echo de menos. Ven, te lo suplico. Ven y sálvame. Todavía te espero; siempre te esperaré. Ven. Te necesito. Vuelve... ¡Por favor, vuelve a por mí! Sólo te necesito a ti para poder ser feliz. Dime que salte y saltaré, pero dímelo, por favor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario