sábado, 4 de junio de 2016

Es un préstamo.

Te voy a prestar mi amor, no te lo voy a dar ni regalar. No voy a hacer que luches por ello, eso ya lo hacen otros. Te lo voy a prestar hoy para que lo cuides, para que lo valores, para que sepas que mañana a lo mejor ya no lo tienes y para que quieras seguir teniéndolo. En realidad, te lo dejaré hoy y mañana y todos los días de mi vida sin que tú lo sepas. Pero recuerda: es un préstamo, no un regalo: tendrás que devolvérmelo.

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